Es inevitable. La vida se va sucediendo y ante lo que a primera vista es totalmente externo a nosotros y potencialmente peligroso, con la educación que recibimos la contrarrestamos y nos vamos forjando un carácter que será nuestro escudo y arma contra la vida, pues no solo nos vale para defendernos de las arremetidas de esta, sino que también es una de las principales vías de acceso a la felicidad. La educación que recibimos está capitaneada por la frase “amigos hasta el infierno” y es que debido a su finalidad integradora y amistosa, parece lo bastante digna no solo para movernos en torno a ella, sino para inculcársela también a nuestros hijos. Sin embargo, a medida que crecimos con ella no solo en nuestra mente, sino que también en el ambiente; vimos que algo no encajaba bien en el mundo que pretendíamos para nuestra vida. Lo primero con lo que choca esta filosofía social, es con los valores que nos han intentado inculcar desde muy pequeños, ya que la consecuencia mas directa a di...