Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Angustia

Alerta roja: Parte I de II

Es inevitable. La vida se va sucediendo y ante lo que a primera vista es totalmente externo a nosotros y potencialmente peligroso, con la educación que recibimos la contrarrestamos y nos vamos forjando un carácter que será nuestro escudo y arma contra la vida, pues no solo nos vale para defendernos de las arremetidas de esta, sino que también es una de las principales vías de acceso a la felicidad. La educación que recibimos está capitaneada por la frase “amigos hasta el infierno” y es que debido a su finalidad integradora y amistosa, parece lo bastante digna no solo para movernos en torno a ella, sino para inculcársela también a nuestros hijos. Sin embargo, a medida que crecimos con ella no solo en nuestra mente, sino que también en el ambiente; vimos que algo no encajaba bien en el mundo que pretendíamos para nuestra vida. Lo primero con lo que choca esta filosofía social, es con los valores que nos han intentado inculcar desde muy pequeños, ya que la consecuencia mas directa a di...

Haciendo la maleta

Ocurre que llega un momento en el que lo sientes. En el que sin llegar a avergonzarte de tu presente, deseas para tu futuro algo distinto y sin alternativa alguna, preso en la cárcel del cuerpo, trabajas tu vida con el fin de hacer de ella algo útil, interesante y digna. Buscando remediar dicha sensación, dicha tortura, optas por arriesgar e intentas dejar atrás tu antigua personalidad para convertirte en un ser triunfador, desembarazándote de ese miedo a la novedad que sutilmente actuaba como coartada perfecta de la mediocridad. Comienzas buscando actividades que se amolden a ti, y acabas amoldándote a las actividades que siempre has querido hacer y nunca has tenido valor de acometer. Y entonces encuentras el descanso de tu alma en lugares fascinantes que nunca esperaste presenciar, en actividades, que a modo de terapia, ayudan a desoxidar tu joven corazón, en personas llenas de pura bondad, desinteresada simpatía, bendita locura y verdadero amor que ayudan a que finalment...

Creación

¿Por qué esta necesidad de buscar una razón? ¿Por qué necesitar sentirse útil? Necesidad de ser alguien, de aportar, de ser de ayuda, de responder a la pregunta ¿En qué puedo servir a la humanidad?. Quizás este sentimiento sea resultado de apreciar la dulce oportunidad que tenemos de vivir, o quizá simplemente este loco. ¿Cómo averiguar qué hacer? Con paciencia y bien hacer. Como aquel muchacho adolescente descuidado y dejado que en el despertar de su conciencia, y deseoso de al fin complacer a sus padres, debe antes pelear consigo mismo e irrevocablemente morir para poder renacer lleno de vida y fortalecidas ilusiones. El miedo a estancarse intelectual y emocionalmente tampoco ayuda a sentirse completo. No busco gloria, aplausos, recompensas, pero me aterra lo monótono, lo llano, lo constante y el sedentarismo. No busco hacer, sino crear . Y crear para todos. A decir verdad, nunca voy a saber si solo son ganas de protagonismo, ganas de ser más y mejor de la media, ganas de que me ...

Introspección fortuita

No puedo parar. No ha habido manera posible de escapar de ello durante toda la tarde, algo a lo que no puedo dar nombre. Es una sensación puñetera, pues no viene de algún hecho vivido recientemente, sino que me temo que se trata de algo mucho más complejo. Se trata de un sentimiento que trae consigo unas ganas terribles por vivir, aunque no de cualquier forma. Quiero vivir de forma que ayude a los demás a ser mejores. Quiero haber sido capaz de haber hecho a una persona feliz . Me siento casi obligado a hacer algo por el mundo, en respuesta a la posibilidad de vivir que se me ha proporcionado. Quiero hacer sentir orgulloso a esa misteriosa fuerza que a todos y a absolutamente todo lo mueve hacia adelante. Cuando me hundo en mí mismo en busca de tal sensación, ella huye. Me viene a la cabeza que quizás esa extraña sensación sea la respuesta a una eterna pregunta, una respuesta que nunca se dejara encontrar y que juega conmigo a sabiendas de que nunca lo haré. Mientras ...

Fantasmas en Copenhague

Todo se vuelve negro desesperanza, el sudor me acorrala en un callejón sin salida. El frio, causa y a la vez síntoma de mi estado mental, se apodera de mi cuerpo incapacitando mi reacción y la angustia reinante en mi corazón me paraliza lentamente el cuerpo. Copenhague me posee. Nada se puede ya hacer para desterrar al terror, nuevo señor feudal de mi espíritu, quien tras haberse escondido eficazmente en lo más profundo de mi alma en el pasado, vuelve con la sola intención de pedirme una vez más su tributo. La sirenita, será de nuevo esta noche mi pareja de baile y mi propia mente, mi amante de cama.