No soy inteligente ni poseo el don de la belleza. He ocultado hechos que debí contar. A menudo carezco de sensibilidad y confiar en mí, muchas veces no es la decisión adecuada. Soy extremadamente bipolar y nunca sabes que Alejo te puedes encontrar. No tengo excesivos amigos aunque aprecio mucho a los que tengo. Soy vago y mi lentitud mental desquicia a quienes están a mi lado. Presumo de tener mente abierta pero me aferro a mis antiguas creencias personales con gran fuerza.
Si realmente te preocupa el hacer las cosas bien mientras tengas posibilidad, cuando nos ocurren hechos que nos hacen plantear si eres buena persona o no, podemos caer en el error de sumirnos en el pesimismo más profundo y creer que no mereces lo que tienes ni lo que has conseguido hasta ahora; que no eres tan bueno ni guay no solo como los demás piensan, sino también como tú mismo piensas que eres. En ese momento, fuera de todo pensamiento narcisista o ególatra, solo debes trabajar en mejorar y convertirte en mejor persona.
Tu entrada es ya de por sí un claro ejercicio de mejora Alejo, sabes quién eres para lo bueno y para lo malo...Un buen comienzo...
ResponderEliminarUn abrazo
Con tu texto me demuestras que:
ResponderEliminarLa humildad va unida al conocimiento propio, a la sinceridad a la sencillez y la naturalidad.
Por ello, te valoro por:
Tu eficacia personal.
Tu confianza en el funcionamiento de tu mente
Tu capacidad de pensar en los procesos por los cuales juzgas, elijes, decidices.
Tu predisposición a experimentar.
Tu competencia para afrontar los desafíos de la vida.
Y por último no te olvides de:
Tu mérito personal.
La certeza en la seguridad de tu valor
La actitud afirmativa hacia tu derecho de vivir y ser feliz, de sentir que la alegría es tu derecho natural.
El deber a experimentarse como digno de éxito y felicidad.