Lo que es una persona, es una mezcla entre lo que es como persona individual, su yo para sí; y lo que es como individuo perteneciente a un grupo: a una familia, a una cuadrilla de amigos, como ciudadano de una región, etc. De los dos, la base que debe sostener a la otra parte es indudablemente el yo, pues sino los pilares sobre los que estaríamos apoyando nuestras vidas serian de arena. Como suele suceder demasiado a menudo, lo que seguramente os parezca una obviedad es uno de esos inexplicables canceres humanos que han permanecido con nosotros desde que ocurriera el pecado original.
Es cierto que somos sociales y que necesitamos de personas que tiñan nuestra vida de color (y no me refiero a tener muchos amigos en Facebook) pero nunca debe ser a costa de tu alma. Los amigos no tienen precio, y por tanto, para ser parte de un grupo no se ha de hipotecar ninguna parte de tu persona. Las personas que realmente valen la pena no te exigen nada a cambio de su amistad. ¿Por qué existen estos problemas? Entre otros, hay dos factores que se deben tener en cuenta a la hora de manejarse en grupos: la presión social y la lucha de egos.
Por el mero hecho de estar en un grupo, de alguna manera correspondes a un rol, ya sea impuesto por un superior o de origen natural y esto de ningún modo es algo contraproducente, ya que estos te son dados dependiendo de tu personalidad y actitudes y aptitudes que posees. Los roles grupales es algo que hemos heredado de la evolución. Sin embargo, existen ciertos roles complicados, venenosos. Son los relacionados con el poder.
El líder de un grupo básicamente es el guía, quien de una u otra manera se preocupa por el bienestar general de los demás, una persona dedicada a servir a los demás. Pero hay quien busca satisfacer su ego por esta vía. Normalmente se tratan de personas que han depositado la base de lo que es, en el grupo y que por tanto, su felicidad y equilibrio emocional dependen completamente de esta esfera. Si alguien hace algún amago de intentar acrecentar su visibilidad dentro del grupo, este líder de corazón negro es forzado por su ego a lanzarse a su cuello. Es el león dominante y jamás permitirá que el trono le sea arrebatado.
Otro ejemplo es el del intelectual. El intelectual es la persona a la que se puede acudir en caso de necesitar saber algo e innatamente a esta persona, el poder ayudar a las personas la hace dichosa. Pero como he dicho antes, si una persona tiene su base de lo que es en el grupo, su gozo no se apoya en el ayudar a los demás, sino en el hacer saber a todo el grupo que él es el que más sabe. Y si alguien intenta hacerle ver que su manera de ver el conocimiento no es la adecuada, o que realmente sabe mucho menos de lo que la gente cree, el mundo se le viene abajo y se enoja profundamente.
¿Por qué es mejor basarse en nuestro yo interior? Porque en el momento en el que lo que eres no lo establece el grupo, la presión social desaparece del mapa. Eres quien eres, quien deseas ser; y si en un grupo no hay lugar para tu persona, no sientes necesidad alguna de vender tu alma, simplemente te alejas de quien sabes, no están hechos para ti.
En ocasiones los roles que desempeñamos se convierten en una carga muy dificil de llevar y en no pocas ocasiones son roles que nos han asignado y con los que no nos identificamos...
ResponderEliminarUn abrazo Alejo