Hoy cambiamos de discurso filosófico. Nos movemos a Oriente de la mano de Ramiro A. Calle, aunque realmente gran parte de mi pensar, escrito y descrito en este blog, siempre ha estado más cercano a aquello que al pensar occidental. Se trata de texto perteneciente al tema 1.8 de su libro “El guerrero espiritual”: La senda sin senda.
El guerrero es su propia senda. La suya no es la senda prefijada, rigurosamente marcada por otros. Va forjando su propia vía y su propia ley. Se convierte en su guía, su mentor. Porque confía en su propia naturaleza real, no se enreda en creencias y opiniones de otros ni por otros se deja sugestionar; porque depende de sí mismo y a sí mismo se hace, no necesita alimentar dependencias mórbidas ni acogerse a sistemas u organizaciones; porque nació libre, no quiere convertirse en un esclavo de dogmas o instituciones.
La muerte está presente en el ánimo del guerrero pero no le abate. En cualquier inesperado instante la enfermedad se manifiesta en el cuerpo. Mientras hay energía, hay que instrumentizarla para desenvolver en alto grado la consciencia, puesto que ésta es vitalidad, intensidad, compresión clara y sabiduría.
Mediante la vigilancia, el aprendiz a guerrero empieza a verse y comprenderse, explorando sus muchas contradicciones, sus tendencias dispares y neuróticas, sus “brechas” psíquicas que le roban tanta energía. Así es posible ir interviniendo para reorganizarse, pero para ello se requiere la observación y comprensión de uno mismo, saber a qué se ha de prestar atención y a qué no se ha de dedicarla.
La vida del guerrero es una búsqueda, porque lo que cuenta es su actitud. No importa qué trabajo o función le haya tocado desempeñar y, aunque aparentemente es como las personas comunes, su actitud es la que la diferencia, marca y define como aprendiz de guerrero o guerrero espiritual.
El guerrero espiritual aspira a convertirse en un auténtico ser humano y no a seguir siendo una máquina. No reprime; encauza. Sabe cómo dirigir, transformar y regular sus emociones mediante la atención vigilante y la ecuanimidad, mediante el mirar inafectado y la desidentificación consciente. Esta es una contienda particular, librada de momento en momento para seguir estando más despierto, más vivo mientras vive, más humano y humanizado.
El guerrero no es ciego ni se acomoda ni se amolda. No es un salvador de almas ni un revolucionario que toma las armas, pero desconfía total e inteligentemente de los “valores” y modelos que una sociedad ciega y mecánica fermenta y, desde su posición social, profesional y familiar, intenta seguir investigando, obtener lo más hermoso de sí mismo para compartirlo con los demás y no dejarse anegar por las directrices y sentimientos negativos de una sociedad que es una mala copia de lo que debería de ser.
Entonces, en el centro del dolor y del placer, el guerrero espiritual aprende a gozar sin apego y a sufrir sin odio, y puede ver la sucesión inexorable de fotogramas de la película existencial desde la libertad del Sí-Mismo y no desde la esclavitud de las máscaras que disfrazan su verdadero ser interior.
Así es que, habiendo tomado el camino hacia la plenitud y el sentido, confiando en la autovigilancia y el propio mejoramiento, se va liberando de muchas ataduras y va deleitando el sublime e incomparable saber de la libertad interior.
Me encanta. El concepto y cómo lo describe: no sobra ni falta la más mínima palabra.
ResponderEliminarYo con llegar a "pequeña aprendiza de aprendiz de guerrero espiritual" me daría con un canto en los dientes.
En mi opinión, la piedra angular reside en la curiosidad. En el momento en el que se es curioso(hacia uno mismo, hacia la sociedad, hacia el todo en general) es cuando una persona puede empezar a crearse a sí misma. Si te falta ese motor impulsor, el resto falla.
Gran texto, sí señor :)
"La senda sin senda", el pensamiento Oriental es de una gran sabiduría, ellos también hablan del "esfuerzo sin esfuerzo" y son concepciones en las que si no trabajamos no podremos saber realmente sus sanas implicaciones... Nuestro pensamiento Occidental se escapa de todo esto y nosotros escapamos con él de nosotros mismos...Muy interesante tu entrada Alejo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Hola y muchas gracias por los comentarios!
ResponderEliminarRealmente me pongo feliz de ver que la entrada les ha gustado a dos grandes libre pensadoras como vosotras :).