La pregunta del millón es: ¿Qué hacer cuando no te gusta cómo eres? Qué hacer cuando sabes que algo simplemente saldrá mal, porque sabes de qué manera actuaras. Cuando sabes perfectamente que no vales para nada para lo que te gustaría valer. Cuando sabes que en determinadas situaciones, eres un grandísimo cabrón y no puedes hacer nada para remediarlo. La cuestión es, ¿Como dejar de ser lo que eres, dejar de hacer caso a tu ADN y pasar a comportarte y actuar conforme a lo que te gustaría? Es una cuestión que se debería tomar en serio y quizás un día, te toque a ti resolverla.
Es un tema complicado que implica cuestiones no solo morales, sino también filosóficas. ¿Acaso no tenemos libre albedrio sobre nosotros mismos? ¿Estamos destinados (mediante el ADN) a ser de una forma determinada y por tanto nuestras decisiones han estado siempre seleccionadas desde un principio? ¿Es posible entonces afirmar que estamos destinados a acabar en cierto lugar en la vida? La única verdad real sobre este asunto, es que los seres humanos lo tenemos realmente difícil para tener éxito en esta vida, y que por tanto, hemos de emplear todas nuestras armas.
La base para solventar este escurridizo problema es la autoconsciencia. Ser consciente de que vives. Ser consciente de que la probabilidad de nacer en este mundo es de cero coma cuatro mil trillones de ceros. Ser consciente de que cada partícula que ha existido en el universo, lo ha hecho con el único fin de que un día, tú nacieras. Difícilmente podrás actuar libremente si nunca en tu ajetreada vida (mentira), has pedido una cita con tu yo interior y le has preguntado sobre el misterio de la vida.
Una vez eres consciente de que vivimos en un lugar muy extraño, y de que eres un afortunado habitante de ese sitio tan raro y misterioso, empiezas a existir plenamente, pues con un poco de suerte al comprender la inmensa suerte que has tenido, te sientes agradecido al mundo y sientes la necesidad de aportar algo útil. Tambien, el entender que existes, te da la posibilidad de coger realmente las riendas de tu vida. Tendrás que averiguar TU RESPUESTA a varias preguntas. ¿Qué haces aquí? ¿Vienes de paso? ¿O lo hiciste para quedarte? ¿Piensas dejar huella? ¿Pondrás el acento en ti, o en los demás? Es necesario pues, primero averiguar en qué lugar de tu existencia te encuentras, para después posicionarte en un lugar y tirar para adelante, pero esta vez, con el timón de tu vida entre tus manos.
La profundidad que estas vacías palabras tienen es gigantesca, si alguien consigue simplemente terminar de leer la entrada, ya es un éxito para mí.
Es un tema complicado que implica cuestiones no solo morales, sino también filosóficas. ¿Acaso no tenemos libre albedrio sobre nosotros mismos? ¿Estamos destinados (mediante el ADN) a ser de una forma determinada y por tanto nuestras decisiones han estado siempre seleccionadas desde un principio? ¿Es posible entonces afirmar que estamos destinados a acabar en cierto lugar en la vida? La única verdad real sobre este asunto, es que los seres humanos lo tenemos realmente difícil para tener éxito en esta vida, y que por tanto, hemos de emplear todas nuestras armas.
La base para solventar este escurridizo problema es la autoconsciencia. Ser consciente de que vives. Ser consciente de que la probabilidad de nacer en este mundo es de cero coma cuatro mil trillones de ceros. Ser consciente de que cada partícula que ha existido en el universo, lo ha hecho con el único fin de que un día, tú nacieras. Difícilmente podrás actuar libremente si nunca en tu ajetreada vida (mentira), has pedido una cita con tu yo interior y le has preguntado sobre el misterio de la vida.
Una vez eres consciente de que vivimos en un lugar muy extraño, y de que eres un afortunado habitante de ese sitio tan raro y misterioso, empiezas a existir plenamente, pues con un poco de suerte al comprender la inmensa suerte que has tenido, te sientes agradecido al mundo y sientes la necesidad de aportar algo útil. Tambien, el entender que existes, te da la posibilidad de coger realmente las riendas de tu vida. Tendrás que averiguar TU RESPUESTA a varias preguntas. ¿Qué haces aquí? ¿Vienes de paso? ¿O lo hiciste para quedarte? ¿Piensas dejar huella? ¿Pondrás el acento en ti, o en los demás? Es necesario pues, primero averiguar en qué lugar de tu existencia te encuentras, para después posicionarte en un lugar y tirar para adelante, pero esta vez, con el timón de tu vida entre tus manos.
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