Esta es la historia de un héroe. Un héroe de leyenda. Un héroe que nunca tuvo más opción que andar a contracorriente. Un héroe que no solo está orgulloso de a donde ha llegado, sino también, de cómo ha llegado. Un héroe que a pesar de tener que cargar con un hándicap en su contra, ha tenido éxito en gran parte de lo emprendido.
Este héroe no sale por la gran pantalla. No es invencible, como se cabria esperar de un héroe. No cuenta con una resistencia brutal innata, ni tan siquiera con unas cualidades inigualables. Me refiero a otro tipo de héroe, de los cuales se habla muy poco y tienen poca repercusión mediática y sin embargo los hay en todos lados. Ese héroe eres tú.
No elegimos vivir. No es una decisión que hayamos tomado. Sin embargo, somos arrojados al mundo y no tenemos otra posibilidad que sobrevivir. Nos curtimos en el fragor de la guerra, bajo el acero de nuestras espadas. Observamos el entorno y escuchamos el entrechocar de las armas contra cascos y escudos. Exhausto, ves impotente como amigos, conocidos y desconocidos caen derrotados impotentes mediante emboscadas planeadas minuciosamente por entes malvados. Tampoco es difícil darse cuenta de la existencia de guerreros nobles y valientes, que golpe tras golpe van abatiendo enemigos ferozmente, imparables, consiguiendo el respeto de amigos y enemigos, mientras van escribiendo su propia leyenda, marcando con fuego su nombre es la posteridad.
Amigo. Jamás olvides que eres un héroe.
Si bien es cierto que no todos los héroes son recordados, para que exista algo que recordar, hacen falta héroes.
Este héroe no sale por la gran pantalla. No es invencible, como se cabria esperar de un héroe. No cuenta con una resistencia brutal innata, ni tan siquiera con unas cualidades inigualables. Me refiero a otro tipo de héroe, de los cuales se habla muy poco y tienen poca repercusión mediática y sin embargo los hay en todos lados. Ese héroe eres tú.
No elegimos vivir. No es una decisión que hayamos tomado. Sin embargo, somos arrojados al mundo y no tenemos otra posibilidad que sobrevivir. Nos curtimos en el fragor de la guerra, bajo el acero de nuestras espadas. Observamos el entorno y escuchamos el entrechocar de las armas contra cascos y escudos. Exhausto, ves impotente como amigos, conocidos y desconocidos caen derrotados impotentes mediante emboscadas planeadas minuciosamente por entes malvados. Tampoco es difícil darse cuenta de la existencia de guerreros nobles y valientes, que golpe tras golpe van abatiendo enemigos ferozmente, imparables, consiguiendo el respeto de amigos y enemigos, mientras van escribiendo su propia leyenda, marcando con fuego su nombre es la posteridad.
Amigo. Jamás olvides que eres un héroe.
Si bien es cierto que no todos los héroes son recordados, para que exista algo que recordar, hacen falta héroes.
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