Que nadie me escupa cuando menosprecie su conocimiento cultural. Que nadie se enrabie cuando no me posicione a su favor en debates altamente dogmatizados. Que nadie se enoje al leer mis críticas sobre lo poco práctico de actuar en base a una determinada ética. Que nadie se irrite cuando le diga que su relación sentimental le ha condenado por siempre. Que nadie me atice cuando le defina como un estúpido animal preprogramado. Porque será alguien como yo quien le guie cuando muera en vida, cuando se dé cuenta de que la vida no tiene sentido per sé y necesite de consejos no-basados en conocimiento interesadamente absorbido para evitar confrontar el desierto de lo real.
De entre todos los miedos, el más extraño y difícil de describir sea seguramente el miedo a la muerte. Nadie es capaz de explicar que es vivir, muchas personas ni siquiera se esfuerzan por hacerlo y sin embargo tienen miedo a morir. Creo (y digo creo porque estoy hablando de palabras mayores) que yo no lo tengo. No tengo miedo a morir. Nunca me ha asustado dejar de vivir. Me gusta mucho discutir con mis amigos sobre temas de este tipo y siempre se quedan un poco en shock cuando les explico lo que pienso. Pienso que no vivir ha de ser muy gratificante. Pues en la nada, nada hay y el sufrimiento ya no existe . Al igual que el tiempo. Nada de qué preocuparse. Vivir es bonito, conoces gente que se cruza en tu camino. Ríes, cambias opiniones, aprendes. Amas, eres amado. Pero morir es paz, esa paz que en vida nunca vas a conseguir, y todo tipo de tormentos, traumas y problemas sin solución, se desvanecen en la nada. Pienso que vivir es una oportunidad que todos hemos de apr
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