Mi espíritu es rebelde, mi mente incansable y mi corazón libre. Soy terco e inmanejable, me gusta tener todo bajo control y siempre necesito buscarle un sentido a las cosas. Pero pasa que nacemos, crecemos, y entre pitos y flautas acabamos el bachiller. Nos formamos y empezamos a trabajar. Y nos pasamos 45 años ahí. Trabajando. Nos levantamos, vamos a trabajar, cenamos y a dormir. Durante 45 años. Luego enfermamos y morimos. La gente normalmente lo acepta (¡Que remedio!) y cumple su tarea. Guay. Pero a mí me cuesta un poco mas sentirme una marioneta del destino. Tiempo atrás sucedió que por casualidad, hubo una gran explosión (vamos, lo más normal del mundo, que haya una explosión donde antes no había nada) y en una fracción muy pequeñita de tiempo se creó el universo, aunque aun en un estado muy denso y caliente. A esta enigmática explosión le siguieron muchas más cosas… raritas. Entre ellas, surgieron en medio del espacio unas manchas circulares llamadas planetas, que poco a...
Guau!!!...Breve pero al grano...Gran verdad...Mucha sabiduría...
ResponderEliminar¡Lo tendré presente!...
Un abrazo Alejo! :)
Sucinta y muy buena reflexión. Éxitos!
ResponderEliminarGracias a las dos por los comentarios!
EliminarMe alegra mucho que os haya gustado :)