Mientras valedores de uno y otro bando luchan tercamente por imponer sus ideas; los que nos topamos en la mitad, agradecidos por los beneficios que ambas tienen en nuestras vidas, buscamos de razonar el papel que deseamos que cada una de ellas tenga en nuestras vidas. En mi opinión, a lo largo de la historia y de forma totalmente natural ambas se equilibran y relacionan en las sociedades humanas.
Cuando no había ciencia, ni técnicas ni siquiera para encender una fogata, las claves para sobrevivir eran las tradiciones, los saberes acumulados y mitos que se pasaban de familia a familia. Y aunque se sabía vivir con ese irrisorio saber, aquella total escasez tecnológica era la responsable de la crucial importancia que esta tenía y cualquier pequeñísimo avance científico marcaba la diferencia.
Los tiempos han ido cambiando. Ahora, lo que abunda en nuestra vida es la ciencia y la tecnología, tanto que ya no se puede sobrevivir sin ella. Pero de la misma manera que una vez sucediera con los avances científicos, es en este momento histórico cuando más escasea (proporcionalmente a la tecnología) y por tanto, más importancia tiene el libre pensar, el conocernos a nosotros mismos y el saber vivir. Cualquier pequeña pero importante idea que le surja a una persona, puede cambiar el curso del ser humano en minutos.
Son las dos caras de una misma moneda: la del saber o vivir. Pues para qué sirve el saber sino para vivir mejor. Cuando en una civilización falta de una cara, se persigue obtener ya que de otra manera, la otra no tendría sentido.
Totalmente de acuerdo Alejo, " para que sirve el saber sino para vivir mejor", aunque en la práctica muchas dosis del saber humano están enfocadas hacia la destrucción y la autodestrucción, podrían tomarse nota de lo que tu bien dices.
ResponderEliminarUn abrazo!
El ser humano todavía se tiene que encontrar a si mismo Sofya, demasiados cambios en muy poco tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo :)