Deporte, sexo, turismo, drogas, amor, lectura, amistades, películas, estudios. Vistas una a una puede parecer una lista desordenada de palabras, pero nada más lejos de la realidad. Tienen algo en común, y es que son actividades que el ser humano puede realizar que nos proporcionan sensaciones placenteras, motivaciones y estímulos, algo vital hoy en día. Y es que debido al ritmo imperante en nuestra sociedad la gente se deja llevar a un nivel gigantesco, produciendo que al no tener tiempo para ellos mismos; para reflexionar, pararse a pensar sobre ellos mismos o lo que fuere, durante gran parte de su vida se muevan por instinto, como autómatas.
Nuestro ocio está enfocado a la vivencia de nuevas experiencias que nos hagan sentir vivos. Cuanto más lo conseguimos generalmente más alegres estamos. Y es debido a esto que hoy en día se le da tanta importancia al tiempo libre y a los hobbies.
Considero necesario que se entienda el porqué de la importancia en la vida de lo anterior pues incide frontalmente en nuestra felicidad. Y es que quien no es capaz de encontrar sensaciones placenteras sanas como el sentirse bien con uno mismo, la autorrealización, el ser socialmente aceptado, tiende a buscarlas de manera fácil pero insana en adicciones tales como el sexo, las drogas o a la comida y es entonces cuando se pierde la voluntad de vivir que le ha venido innata debido a su condición de ser humano pero que ha elegido no ejercer. Lo cual acaba alienando al ser humano y convirtiéndolo en un ser más de la creación. Destinando al ser humano en cuestión, a ser esclavo de la química y finalmente a vivir eternamente decaído y por supuesto, sin saber que es la felicidad.
He creído importante hablar de este tema porque pienso que forma parte en la formación de lacra de nuestra sociedad. Suelo insistir en diferenciarnos de los animales no humanos, porque si no somos conscientes de que vivimos y de que somos totalmente únicos, no disfrutaremos de nuestras vidas y estaremos a merced de la química de nuestros cuerpos y no de la realidad única de nuestra alma.
Y es que al igual que afirmaba Nietzsche, al cual mas adelante dedicaré alguna entrada, Vivir es querer vivir.
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