No olvides que antes de aprender a bailar, has de saber caminar. Que no puedes hacer felices a los demás si tú no lo eres antes. Que la vida es un constante conocerte. Que el día a día te afecta y oxida si no le haces frente. ¡Que debes vivir activamente! Corre hasta extasiarte, pasea bajo la lluvia, baila hasta el amanecer, lee e imagina mundos nuevos, haz el amor hasta perder la consciencia. No te escudes en drogas que solo oculten tus conflictos internos, ni en cara tecnología y redes sociales que no hacen sino encubrir tus problemas personales. Lucha por superar tu adicción a sentimientos negativos. Sé natural; tanto el sedentarismo como la ingesta excesiva de carne te apagan. Vacúnate contra el ego, viaja y comprende que hay más vida tras la puerta de tu portal de casa.
Elige con sabiduría de quien quieres depender sentimentalmente y jamás dejes en mal lugar al amor. No caigas en las falacias del sexo, contrólate para no caer en su adicción pero descontrólate cuando llegue la ocasión. No te relaciones por intereses, sino por la necesidad de vivir una vida completa. No chismorrees sobre otras personas y expandas las posibles malas decisiones que otro haya podido tomar. Sé directo siempre con los demás y porta a la verdad como bandera. ¡Deja de aparentar y esfuérzate activamente por cambiar de ti aquello que deseas! No te ocultes tras mascaras que nada ocultan. Facebook debe ser un instrumento más de comunicación, no la base de tu socialización.
Se consiente de que tu nacionalidad es solo un dato en el DNI y la lengua que hablas una vía de comunicación. No aceptes dogmas. No luches por ser más hombre o más mujer, lucha por ser mejor ser humano. Date cuenta de que las costumbres de nuestra sociedad son mayoritariamente ridículas y sus corrientes de opinión efímeras. ¡Crea tus propios esquemas mentales en pos de entender la realidad! No te obsesiones con tener más conocimiento o cultura que el de enfrente. Tampoco pienses que sabes mucho por conocer un poco de todo. Tomate tu tiempo para meditar sobre tus actos diarios. Ni hace falta disponer de una televisión en casa, ni las tiendas son entidades vivas, sino lugares para hacer comercio. ¡Se consciente de hasta qué punto nuestra civilización es una gran mentira!
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