Sin caverna no hay mito cumple seis meses, lo cual me llena de una sensación de orgullo y bienestar difícilmente descriptible.
Seguramente es debido a que he logrado mis objetivos con creces. ¿Qué cuáles son? Principalmente el hacer pensar a los demás, pero hay una serie extensa de fines también cumplidos. He proclamado la necesidad de conocerse a uno mismo. Según mis experiencias he intentado aclarar que nos hace felices, y que desdichados. Os he mostrado una manera de vivir diferente, sin lugar a la excusa, en armonía con el entorno, cooperando con los demás y ensalzando la amistad sobre todas las cosas.
A nivel individual, lo mejor de todo, y lo que mejor me hace sentirme es que lo he hecho todo en base a mis valores y moral. He sido más que nunca yo mismo ante el mundo, sin complejos. Al empezar, mi única aspiración fue la de poder desquitarme de todas estas cosas que se pasean por mi cabeza, de una manera natural y sencilla, escribiéndolo todo en un blog. Y no os podéis imaginar mi sorpresa cuando según fueron pasando los meses, tanto gente a la que conozco personalmente como a los que no tengo el placer de hacerlo, me hacían saber no solo que leían mis reflexiones, ¡sino que algunas les gustaban!. Al fin y al cabo, entendible. Si partimos de la base de que el mundo es altamente subjetivo a causa de las limitaciones que nos impone “la cárcel del cuerpo”, el hecho de poder apropiarse de la mayor cantidad de opiniones, puede ser la única forma de entender la vida y sus múltiples vertientes.
Yo… no soy nadie. Solo un tonto más al que desde joven le han gustado este tipo de aburridos temas. Simplemente he intentado acercaros un poco más a este inmenso mundo de pensamientos, sensaciones y sobretodo, de preguntas.
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