La reflexión de hoy es breve, simple y poco provocadora pero la he intentado enfocar desde un punto de vista un poco distinto del común. A todos se nos ha puesto alguna vez la piel de gallina al ver un enérgico discurso con el que se logró motivar una épica victoria. Estamos hartos de reparar en intensas campañas de marketing que desean tocar nuestra fibra sensible apelando a un espíritu de auto superación; y de vez en cuando cae en nuestras manos alguna entrada o texto de Internet pretendiendo introducirnos en la cabeza que quien quiere, puede, sin importar la dificultad de la tarea ¿pero es esto verdad? Innegablemente una persona solo es capaz de conseguir aquello que intenta pero no se nos escapa a la razón que dependiendo de que metas nos hayamos propuesto, muchas veces cegados por nuestra ilusión, a menudo el alcanzarlas resultan poco menos que misión imposible. En mi opinión, la totalidad de nuestras acciones se quedan acumuladas en nuestro ser para el futuro y ¿q