Las batallas silenciosas solo las puede ganar quien no se molesta en hacer ruido. Quien hace del silencio su escudo y de sus actos la espada . Son largas y demuestran constancia. Como el ir y venir sin cesar de las olas contra las piedras, sabedoras de que tarde o temprano las reventaras en pedazos. Como la muerte sabe que tarde o temprano ganara su particular batalla. Son batallas contra ti mismo (autosuperacion), pero también pueden ser batallas contra otra persona (el demostrarle a alguien que eres el mejor) o simplemente contra el mundo (las actuales acampadas). Resultan grandemente desgastadoras y desmoralizadoras, y a menudo debido a la naturaleza de la misma, no hay persona en quien apoyarse para que te eche una mano, pues eres tú y solo tu quien debe superarse. Uno debe sonreír aunque le escaseen las fuerzas, aunque en ese momento, vaya perdiendo la batalla. No demuestra la fuerza física, dada por la naturaleza, sino la fuerza de tu alma, la que has ido ganando y